Luego de estar en el comercio por varios años, ofertando heladería en todas sus presentaciones, se dio cuenta que las frutas que no se consumían en un tiempo estimado se dañaban, convirtiéndose en pérdidas para el negocio. Fue ahí cuando surgió la idea de procesar las frutas sobrantes en dulces artesanales, bajos de azúcar y libres de colorantes, un producto saludable y que se acomodara a todo tipo de usos, es decir, acompañante para helados, galletas, obleas, tortas, waffles, crepés, malteadas, granizados, ensaladas, entre otros.

En medio de la pandemia, surgieron recuerdos de la infancia de los hijos, en donde de una manera empírica les diseñaba los vestidos para las fechas importantes, teniendo en cuenta que por estos días encontrar en el mercado vestidos formales para ciertos eventos, era muy difícil; desafortunadamente esta es una necesidad que se experimenta hasta el día de hoy. Fue ahí como decidió retomar un emprendimiento de hace años, empezando a diseñar vestidos para niños y niñas entre 0 y 5 años, para bautizos y todo tipo de fechas especiales, vestidos con diseños únicos, innovadores, ajustados a la necesidad y presupuesto del cliente, con esto se incentiva el empleo y apoyo a las modistas del municipio que le prestan el servicio.

Actualmente ambos emprendimientos están activos, continúan trabajando desde casa y con la idea firme de seguir siendo referente local en los dulces y en un futuro referente regional y nacional, con sus diseños